Era preciso garantizar el control de los grandes volúmenes de agua provenientes de las intensas precipitaciones y asegurar su disponibilidad en caso de extensos períodos de sequía.
La manera para lograrlo consistió en edificar una infraestructura que permitiera el aprovechamiento del agua.
La voluntad hidráulica, liderada por el Comandante en Jefe Fidel Castro, tuvo su materialización en Granma en 11 embalses, con capacidad para almacenar casi mil millones de metros cúbicos de agua; así como 29 obras de protección a la población, siete derivadoras y 152 kilómetros de canales de distribución.
Con total responsabilidad el Instituto de Recursos Hidráulicos rige el uso y control de un líquido agotable y crucial para la vida.
Luego de 62 años de creada esa voluntad hidráulica, el mantenimiento y supervisión de los embalses y otras estructuras de almacenamiento hídrico tienen una rigurosa planificación.
Mabel Hidalgo Tamayo, directora de la Empresa de Aprovechamiento Hidráulico en Granma, confirma además que el cuidado técnico de la infraestructura hidráulica, es ante todo, la certeza para preservar una obra que permite disponer de un patrimonio común, en función del abastecimiento social y el progreso económico.
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