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Sueños cumplidos del Primer Congreso Campesino en Armas

El 21 de septiembre de 1958, hace 65 años, en Soledad de Mayarí Arriba, Segundo Frente Oriental, se realizó el Primer Congreso Campesino en Armas, que tuvo como punto central impulsar una política de unidad para incorporar a los amplios sectores rurales a la lucha contra la dictadura de Fulgencio Batista.

Dirigido por el entonces Comandante Raúl Castro, reunió a más de 200 campesinos elegidos en las zonas de Mayarí Arriba, hoy perteneciente a la provincia de Santiago de Cuba, y también en Alto Songo, San Luis, Sagua de Tánamo, Banes, Antillas, Guantánamo, Yateras y Baracoa.

En la apertura del congreso Raúl Castro expresó: “En el día de hoy está creciendo, está gestándose, está naciendo la revolución agraria, que ha de echar las bases de la verdadera Revolución Cubana”.

Esa idea ya acompañaba al jefe guerrillero desde fecha temprana, cuando su vida corría grave peligro detenido en el Vivac de Santiago de Cuba y parecía una utopía pensar en el triunfo revolucionario. Días después de los asaltos a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes declaró: “…había que destruir el gobierno primero para después adecentar al país, y hacerlo progresar como es debido; hacer la Reforma Agraria, pero no es solo dar la tierra a los campesinos, es algo más que eso, es darle la tierra y hacerla producir”.

Sin embargo, los combatientes no esperaron que se produjera la victoria definitiva para dar los primeros pasos en la transformación de los campos cubanos, y como principio se aplicó la Ley del Ejército Rebelde, que otorgaba a los no propietarios la tierra que trabajaban en zonas liberadas.

En ese sentido el Primer Congreso Campesino en Armas tenía como sus más profundas raíces el cumplimiento del Programa del Moncada para cambiar la vida de los campesinos sumidos en la explotación y la miseria, sin las más mínimas condiciones, sin acceso a los servicios básicos de educación y atención médica, lo cual fue denunciado por Fidel en su autodefensa conocida como La Historia me Absolverá que pronunció durante el juicio por la acción del Moncada.

Esa dura realidad de los campos cubanos era tan incuestionable para toda la sociedad que, a inicios de 1957, la Agrupación Católica Universitaria (ACU) dio a conocer la investigación ¿Por qué Reforma Agraria?, basada con rigor científico en un censo e indagación motivados por un interés honesto de personas de las clases media y alta.

Arrojó que la inmensa mayoría de los campesinos no eran dueños de la tierra, el 63,96 por ciento no tenía inodoro y el 60,35 vivía en casas de madera, guano y piso de tierra, carecían de atención médica y presentaban un índice de desnutrición del 91 por ciento, entre otros datos.

La investigación mostró en sus conclusiones que “el trabajador agrícola cubano, engañado por los gobiernos y olvidado por los dirigentes de todos los sectores nacionales, se mantiene asombrosamente honesto, moral y humano esperando con tristeza pero con dignidad, que los más preparados y mejor dotados vengan a abrirle el camino y enseñarle a marchar hacia el desarrollo y el progreso”.

En el informe central del Primer Congreso Campesino en Armas, leído por el dirigente campesino José (Pepe) Ramírez, quedaron expuestos los males que aquejaban al sector, víctima del latifundio y la explotación de terratenientes que condenaban a miles de familias campesinas a vivir sin las más elementales condiciones.

Como resultado de la reunión quedó elaborada una Declaración de Principios del movimiento campesino a favor del Ejército Rebelde, y se establecieron sus primeras estructuras organizativas, las cuales sirvieron de base para la fundación, después del triunfo revolucionario, de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP) en 1961.

Después del triunfo revolucionario el primero de enero de 1959, el Consejo de Ministros en pleno, el 17 de mayo de ese año con Fidel a la cabeza, se dirigió a la Sierra Maestra para firmar en la Comandancia General del Ejército Rebelde en La Plata la Ley de Reforma Agraria y el comienzo de profundas transformaciones de las zonas rurales del país.

Resultó una jornada de especial simbolismo, porque en esa misma fecha de 1946 fue asesinado el líder campesino Niceto Pérez por la guardia rural y latifundistas de Guantánamo, que no le perdonaron su lucha a favor del derecho de los trabajadores agrícolas a la tierra.

Ese día comenzaban a cumplirse los sueños de los hombres del campo, quienes representados en aquel histórico Primer Congreso Campesino en Armas apoyaron sin reservas al proceso revolucionario que cambiaría los años de miseria y explotación. (Jorge Wejebe Cobo, ACN).

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