Mariluz Salgado Rojas es ejemplo de abnegación en el cumplimiento de las tareas de la comunidad. Siempre está activa junto a su familia en función del desarrollo social en el reparto Oeste de Cauto Cristo. Por esto mereció la condición de Vanguardia, a nivel municipal, y obtuvo la orden Ana Betancourt, otorgada por el Consejo de Estado y de Ministros a federadas destacadas.
Su quehacer demuestra responsabilidad como militante del Partido Comunista de Cuba e integrante de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC). En esta organización ha desempeñado roles a nivel de base, planificando actividades, visitando hogares disfuncionales, creando oportunidades junto a un equipo de trabajo que durante años apoya la defensa de los derechos de la mujer.
Cuando se trata de realizar acciones de prevención, capacitación, labor educativa, la FMC cuenta con ella, porque su paso al frente está definido ante el llamado de quienes precisan de su colaboración.
¿Cómo percibe ese gesto de valoración tan alta, como lo es la orden Ana Betancourt?
“Es un orgullo recibir esa orden, porque desde muy temprana edad me vinculé al accionar de la Federación, integro sus filas desde los 14 años y no dejaré de servirle a la patria donde me necesiten”.
¿Por qué su devoción hacia el trabajo comunitario?
“Lo aprendí de mis padres. Hacer el bien es uno de nuestros mayores principios y para mí eso significa colaborar con mis compañeras en todo lo posible. Me gusta conocer de cerca mi entorno y asegurar el funcionamiento institucional. Cuando hay dificultades es necesario ser más entregados a nuestras tareas. Es que debemos recompensar lo que recibimos”.
¿A qué se refiere cuando habla de recompensa?
“Nuestra labor no es por merecimientos, sino por gratitud. Cuando sabes que recibes tanto de la Revolución, lo mejor que debemos hacer es responder positivamente. Y los agradecidos compartimos ese gesto del legado de Vilma Espín y del Comandante en Jefe: mejorar, crecer, darlo todo y lograr cada día más compromiso con la Revolución”.
Mujeres como Mariluz Salgado son importantes para lograr los objetivos propuestos en la organización. Que cada mujer sea una parte vital a nivel social, con voz en la toma de decisiones y todos los derechos para hacer uso de ellos en la transformación socialista.
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