En trece obras centra sus labores actualmente el sector hidráulico en Granma. Notables beneficios en el abasto de agua reportarán tales acciones, con alcance en varios lugares de la provincia.
Una realidad que no satisface la demanda, cada vez más creciente en cuanto al servicio de entrega del líquido y saneamiento, pero recalca la vigencia en el propósito de desarrollar un recurso finito y convertirlo en patrimonio común, en función del abastecimiento a la población y los sectores agrícola e industrial.
Entre limitaciones y tropiezos para finalizar dilatadas ejecuciones, transita un sector, reconocido como uno de los mayores consumidores de energía y con una considerable obsolescencia en el equipamiento instalado. Razones que dificultan las inversiones, pero no logran derribarlas.
Tanto así, que en Granma, por ejemplo, se proyectan sumar en un mediano plazo la instalación de seis plantas desalinizadoras, de 18 previstas tras el estudio en comunidades vulnerables.
En medio de complejas circunstancias, se encuentra en fase de prueba el acueducto de la cabecera municipal de Guisa, el cual sirve al 86 por ciento de la cifra estimada para su explotación.
El cambio de tuberías en conductoras con notables pérdidas de agua, propiciará incrementar en la Ciudad de Manzanillo la entrega de 300 litros por segundo.
A estas ejecuciones se suman mejoras en pequeñas comunidades que sobre todo, disminuyen el tiro de agua en pipa.
Entre medianas y decisivas labores se debate el impacto de un sector que conmemora, hoy 10 de agosto, su 62 aniversario. Una celebración que contempla los méritos y a su vez sostiene la voluntad de ampliar servicios seguros y con rigor.
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