El representante permanente de Irán ante la Oficina de la Organización de Naciones Unidas (ONU) en Ginebra (Suiza), Ali Bahreini, denunció el martes el asesinato del líder político del movimiento palestino HAMAS, Ismail Haniya, en un ataque israelí en Teherán, capital persa, en cartas separadas a Francesca Albanese, relatora especial de la ONU sobre los derechos humanos en los territorios palestinos ocupados; Volker Turk, alto comisionado de Naciones Unidas para los derechos humanos, y Morris Tidball-Binz, relator especial de la ONU sobre ejecuciones extrajudiciales sumarias o arbitrarias.
En sus misivas, Bahreini dijo que, para la República Islámica, HAMAS es un movimiento de liberación que lucha por la libertad e independencia de Palestina. Desde este punto de vista, el asesinato de los líderes de HAMAS tiene como objetivo destruir el espíritu de lucha del pueblo palestino para poner fin a la ocupación y lograr su derecho a la autodeterminación, agregó.
Al eliminar a los líderes palestinos, detalló, Israel busca destruir la identidad política de Palestina y el derecho inherente del pueblo palestino a tener un Estado independiente.
En alusión a la opinión consultiva de las Corte Internacional de Justicia (CIJ) que reconoce el derecho del pueblo palestino a la autodeterminación, Bahreini dijo que cualquier medida que viole ese derecho es ilegal.
El diplomático persa consideró el asesinato de Haniya como una violación flagrante del Derecho Internacional y llamó a la ONU a condenarlo firmemente.
Exigió además declarar terrorista las instituciones israelíes, invocando un artículo del Convenio Internacional para la represión de la financiación del terrorismo. “En este sentido, las acciones llevadas a cabo por el régimen israelí contra civiles y zonas [residenciales] palestinas son un claro ejemplo de terrorismo”.
Al final pidió más esfuerzos de la ONU para garantizar el acceso a la justicia para el pueblo palestino y urgió la necesidad de responsabilizar a Israel por sus crímenes.
La guerra genocida israelí en Gaza, iniciada en octubre pasado, ha dejado cerca de 40 000 palestinos muertos, en su mayoría mujeres y niños. Israel no solo ha obstruido hasta ahora los esfuerzos internacionales para concluir un alto el fuego, sino que ha intentado expandir el conflicto en toda la región, cometiendo asesinatos sistemáticos de líderes de la Resistencia en otros países, como es el caso de Haniya.
La República Islámica, aunque ha dicho que se opone a una guerra amplia en la región, ha invocado su derecho a la autodefensa para tomar represalias y proteger su soberanía nacional y la integridad territorial.
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