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Prohibido olvidar

El vuelo regular de Cubana de Aviación despegó el 6 de octubre de 1976 del aeropuerto Seawell en Bridgetown, Barbados, rumbo a Jamaica y La Habana, con 73 personas a bordo, incluidos los 24 integrantes del equipo juvenil de esgrima de Cuba, ganadores del Campeonato Centroamericano y del Caribe.

Suben también a ese vuelo procedente de Trinidad Tobago jóvenes guyaneses que viajaban a Cuba para estudiar Medicina, una delegación oficial de la República Popular Democrática de Corea y otros 10 tripulantes de Cubana de Aviación que se encontraban allí por la rotación del personal de la aerolínea.

Entre los viajeros que desembarcaron en Granada estaban Freddy Lugo y José Vázquez García, quienes habían dejado escondido en la cabina de pasajeros los explosivos C-4 con un detonador para que volaran el avión en pleno vuelo.

El terrible hecho tuvo como cabecillas a los terroristas de origen cubano Luis Posada Carriles y Orlando Bosch Ávila, asalariados del imperio de Estados Unidos, los que fallecieron sin responder ante la justicia por sus crímenes.

Desde aquella fatídica jornada Cuba recuerda con profundo dolor cada seis de octubre, día de luto por el horrendo Crimen de Barbados, donde dejaron de existir físicamente 73 personas en manos de criminales al servicio de la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos de América.

A propósito de ese horrendo suceso, se estableció el seis de octubre como Día de las Víctimas del Terrorismo, una jornada para exigir que cesen la impunidad y las acciones violentas contra la nación caribeña.

Desde entonces el reclamo de justicia del pueblo cubano ha sido constante y sistemático, una batalla de la que nunca debemos cansarnos. La mejor manera de rendirles homenaje es recordar quiénes fueron, tanto los atletas como los tripulantes del avión, a los jóvenes cargados de sueños desde su formación médica, a los diplomáticos en busca de puentes de amistad y solidaridad. En ese recuerdo la manera de que sigan siendo referencia para las actuales y futuras generaciones.

Cuarenta y siete años después vibran en el corazón las palabras desgarradas del líder: “No podemos decir que el dolor se comparte. ¡El dolor se multiplica! Millones de cubanos lloramos hoy junto a los seres queridos de las víctimas del abominable crimen. ¡Y cuando un pueblo enérgico y viril llora, la injusticia tiembla!”

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