Nacido en Mayagüez, Puerto Rico, el 26 de agosto de 1848, el general Juan Rius Rivera fue un patriota que amó la libertad de su país natal, y defendió la independencia de Cuba como destacado combatiente de la Guerra de los Diez Años, la Guerra Chiquita, y la Guerra de independencia de 1895.
Para conocer a Rius Rivera hay que dirigir la búsqueda por dos vertientes: Cuba y Honduras. En Cuba, porque es donde se consagra como un gran general, por sus hazañas militares en todas las guerras de independencia, y en Honduras porque es allí donde hace capital, y se convierte en banquero.
Rius Rivera siempre estaba dispuesto a dar la vida por la independencia de Cuba, y las estrellas de general se las ganó en las batallas. Al ocurrir el alzamiento del 10 de octubre de 1868, inmediatamente embarcó para Nueva York donde logró unirse a la expedición del vapor Anna, que arribó a la ensenada de Covarrubias, entre Maisí y Puerto Padre cerca de Las Tunas, Oriente, el 19 de enero de 1870.
Durante la primera guerra, Rius Rivera peleó bajo las órdenes de los generales José Inclán, Calixto García, Vicente García, Máximo Gómez, y Antonio Maceo. Al frente del Regimiento Céspedes, participó en la invasión y la campaña de Las Villas en 1875, con el Mayor General Máximo Gómez. Se destacó en los combates de Santa María de Ocujal; Chaparra; Melones, el fuerte del poblado de Braguetudo; y en Yabazón Abajo, La Cuaba y Proenza.
Fiel amigo del Mayor General Antonio Maceo, secundó la Protesta de Baraguá el 15 de marzo de 1878, e integró la comisión que elaboró la nueva Constitución contra la paz sin independencia, ni abolición de la esclavitud, que ofrecía España.
Al estallar nuevamente la guerra en Cuba, Rius Rivera fue designado jefe militar del proyecto de liberación de Puerto Rico en 1895, con el objetivo de cumplir las aspiraciones de José Martí, y el Partido Revolucionario Cubano, de contribuir a la independencia de la hermana Borinquén.
Delegado a la Asamblea Constituyente de 1901, se opuso a la imposición de la Enmienda Platt por Estados Unidos, que mermaba la soberanía de Cuba, y estuvo ausente en la sesión en que fue impuesta su aprobación, a los constituyentes.
Decepcionado al ver a Puerto Rico ocupado por Estados Unidos desde 1898, y la injerencia de Washington en Cuba prevista en la Enmienda Platt, abandonó definitivamente este país, y decidió permanecer en Honduras, patria de su esposa Aurora Fonts, donde había vivido con anterioridad.
Juan Rius Rivera, falleció en la Ceiba, Honduras, el 20 de septiembre de 1924, pero el amor a Cuba y Puerto Rico siempre estuvo en su mente y corazón. En 1958, sus restos fueron trasladados al Cementerio de Colón, de La Habana, sitial desde donde esta Isla que amó y defendió le rinde perenne y justo homenaje.
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