La Habana-. El homenaje permanente para la más autóctona flor de la Revolución, Celia Sánchez Manduley, quien cuidó y embelleció como pocos, la historia y el legado de Fidel Castro, desde los días en la Sierra Maestra, como primera guerrillera del Ejército Rebelde, declaró hoy Miguel Díaz-Canel, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República.
A través de su cuenta en X, el mandatario recordó el legado de la combatiente revolucionaria, política e investigadora cubana a 44 años de su partida física.
En el 44 aniversario de su dolorosa partida, el homenaje permanente para "la más autóctona flor de la Revolución", #CeliaSánchez, quien cuidó y embelleció como pocos, la historia y el legado de #Fidel, desde los días en la Sierra, como primera guerrillera del Ejército Rebelde. pic.twitter.com/ltSymZdI91
— Miguel Díaz-Canel Bermúdez (@DiazCanelB) 11 de enero de 2024
Con motivo a la fecha, Esteban Lazo Hernández, presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, calificó a Celia como una mujer extraordinaria.
En su mensaje, el titular del Parlamento recordó las palabras del intelectual Armando Hart cuando dijo: “Celia era y será siempre (…) la fibra más íntima y querida de la Revolución; la más entrañable de nuestras hermanas. La más autóctona flor de la Revolución”.
Una flor para nuestra Celia en el aniversario 44 de su fallecimiento; mujer sensible, llena de bondad y humanismo, leal a Fidel y a la Patria, expresó Manuel Marrero Cruz, Primer Ministro de Cuba, en la misma red social.
Bondad, sencillez, firmeza y lealtad, fueron las cualidades con que Inés María Chpaman, vice primera ministra cubana, valoró la figura de Sánchez Manduley, a quien expresó el agradecimiento de todo el pueblo.
Celia Sánchez Manduley (1920 – 1980) integró el Movimiento 26 de Julio donde organizó la red clandestina de campesinos, vital para la supervivencia de la guerrilla que desembarcó por el sur de Oriente el 2 de diciembre de 1956 y que se convertiría posteriormente en el Ejército Rebelde.
A lo largo de su vida cumplió importantes misiones en el abastecimiento de la guerrilla hasta que se convirtió en combatiente directa, combatió en El Uvero y fue la primera mujer que ocupó la posición de soldado en las filas del Ejército Rebelde.
Tras el triunfo de 1959 asumió importantes tareas y responsabilidades como secretaria del Consejo de Estado, diputada al Parlamento, miembro del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y de la Dirección Nacional de la Federación de Mujeres Cubanas.
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