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Pacho Alonso, vivo como cantor del pueblo

Nacido en la cuna del bolero y el son, Pascacio Alonso Fajardo, nuestro gran Pacho Alonso, fue un santiaguero de pura cepa que poseía un estilo propio a la hora de interpretar esos géneros musicales.

Fallecido el 27 de agosto de 1982, justo 41 años, Pacho Alonso constituye una de las leyendas de la música cubana. Fue el creador —junto al compositor Enrique Bonne— del pilón, un ritmo que forma parte del patrimonio sonoro de la nación. Además se destacó como director de orquesta y de varias agrupaciones musicales.

El mismo confesó que, gracias a un señor llamado Bebo Valdés —su productor y la persona que se lo presentó a los dueños de la emisora Radio Progreso— logró tocar la cúspide de la fama y la popularidad”. En aquella época Fernando Álvarez, Benny Moré y Pacho Alonso, cantantes de la orquesta de Mariano Mercerón, eran muy admirados y queridos por el pueblo por ser artistas muy campechanos.

Pacho Alonso, fue un cantante cubano de boleros y sones, había nacido el 22 de agosto de 1928, y fue distinguido  por interpretar canciones relacionadas con personajes y circunstancias de su ciudad natal.

Cuentan que comenzó formalmente en 1945, en una presentación en  reemplazo de su hermano en la CMKC de dicha ciudad, posteriormente se presentó en Cadena Oriental de la radio CMKW, paralelamente a sus estudios para magisterio. A los 18 años de edad fue presentado por José Antonio Méndez en la  Emisora Mil Diez de La Habana.

En 1952, funda en su natal Santiago de Cuba, la agrupación Pacho Alonso y sus Modernistas, cuatro años después se traslada a La Habana con su agrupación a la que llamó Pacho Alonso y sus Bocucos y más adelante, crea Pacho Alonso y sus Pachucos. A fines de 1958 alcanzó reconocimiento con las canciones Enfermo del alma y Dame un chance, compuestas por Electo Rosell Chepín y dos años después obtiene un disco de oro por La pachanga.

Una noche en el Scheherezada fue su primer disco de larga duración, en el que se muestra como uno de los más grandes cultivadores del bolero, popularizando, además,  el tema Que me digan feo.​

En lo adelante realizó presentaciones por América, Europa y África. Su inconfundible voz y estilo quedaron para siempre en el alma sonora de esta isla antillana.

Y mientras exista en el recuerdo, su memoria permanecerá viva como lo que fue: un cantor del pueblo.

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