En el Consejo Popular Las Mangas, localizado en la periferia de Bayamo, hoy se consume un agua de elevada calidad. En un sitio, donde antes predominaba un líquido de vital consumo con altos índices de salinidad, fue instalada una planta desaladora que revirtió la situación.
El beneficio para la población es notable y eso significa que más de mil habitantes de esa área disponen de un agua con elevada garantía, aunque llegar a ese resultado implicó derribar no pocos obstáculos.
Para el sector de Recursos Hidráulicos, inversionista en la ejecución de esta planta desaladora, adquirir la avanzada tecnología y los materiales indispensables para su montaje, representó abonar hasta un 40 por ciento, por encima del costo real.
El motivo del encarecimiento de los recursos en el sector hídrico, responde a la presión que sostiene el gobierno de los Estados Unidos, sobre los proveedores extranjeros para que no nos vendan la materia prima.
Tras un bloqueo económico, comercial y financiero, descansan las distintas artimañas que debe evadir nuestra isla para poder por ejemplo, proporcionarle a los cubanos un agua con óptima calidad.
Para nuestra nación, cada proyecto hidráulico requiere de un gasto por encima de lo que podría valer en el mercado internacional. Una de las pruebas de esta afirmación, está en el precio de los suministros para las tres fábricas de tuberías plásticas, cuyas piezas son importadas de Arabia Saudita, mientras Estados Unidos las comercializa y en menor cuantía, pero nos niega su compra.
Con un bloqueo asfixiante despierta cada día Cuba, un bloqueo que no le impide al gremio hidráulico, lograr mejoras para hacer del agua potable, un bien de todos.
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