El reloj no se detenía. Cada minuto era sostén de una esperanza para quienes habían perdido sus bienes y la garantía de restaurar la calidad de vida apremiaba, tras el paso del huracán Melissa.
Ricardo Oliva Rodríguez liniero especializado, fue uno de esos cautocristenses decididos a restablecer cuanto antes el servicio eléctrico en Santiago de Cuba. Así lo confirmó en su testimonio:
“Salimos apenas hubo condiciones para llegar a la hermana provincia. No sabía a qué me iba a enfrentar aunque el paso de un evento meteorólogico de esa magnitud es siempre desastroso. Nos dirigimos a Cruce de los baños, municipio santiaguero de Tercer Frente. Allí la tarea era difícil por las montañas y zonas muy intrincadas donde no había tránsito para vehículos.
Barrios como San Lorenzo, La Silla y Los Lajeales tienen ahora en sus historias de recuperación, nuestra conquista.
Las adversidades en zonas como La Tienda azul probaron nuestra determinación. Ahí hubo que caminar varios kilómetros a pie con las herramientas para avanzar en el restablecimiento de los servicios.
Cruzamos ríos, cargamos postes, los paramos con nuestra propia fuerza.Y lo hicimos!
Nunca estuvimos solos. La gente no solo acompañó, también colaboraron de forma decisiva con agua, café, nos ayudaron a trasladar equipos, nos brindaban almuerzo. Y entonces vemos que Cuba es más que una familia de sangre. Somos todos un gran equipo que vence la tarea más difícil.
En quince días terminamos. Aunque parecía un esfuerzo sobrenatural, fue una realidad. Y la mayor satisfacción no es cuando llega un reconocimiento en un acto, sino cuando las luces brillan en medio de la oscuridad y esa noche montañosa, lejana, llena de lodo, se llena de aplausos”, expresó Oliva Rodríguez.
Donde haya un equipo de trabajo con voluntad de construir, se puede lograr cualquier sueño.