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🔊 Ernest Miller Hemingway, precursor de un estilo literario nuevo (+ audio)

 

El 21 de julio de 1899 nacía, en el suburbio de Oak Park, Chicago, Ernest Miller Hemingway, quien estaba llamado a convertirse en uno de los escritores más emblemáticos del siglo XX, un hombre destinado a formar parte de la historia de la literatura universal.

Fue el segundo hijo del matrimonio formado por Grace Hall, una cantante y profesora de música, y Clarence Edmonds Hemingway, un médico al que le gustaba cazar y pescar. Dicen que Hemingway no tuvo una infancia feliz y eso lo marcaría para siempre.

Sin lugar a dudas, Hemingway fue el precursor de un estilo literario nuevo, de una forma de escribir que ante todo buscaba la verdad. Decía el escritor que una buena obra era aquella cuya prosa era una «prosa real». Antes que escritor se dedicó al periodismo, y fue en uno de sus primeros trabajos —cubriendo la sección de sucesos— donde comenzó a fraguarse su tan reconocible estilo.

Posteriormente, el propio Hemingway reconocería que estas indicaciones supusieron para él algunas de las mejores herramientas que jamás aprendió para el oficio de la escritura.

Ernest Hemingway siempre fue un hombre de acción, y de la búsqueda de la misma nacieron algunas de sus obras más notables. Vivió de manera intensa, siempre acorde a los tiempos que le tocaron. Hablamos de una personalidad que participó de manera activa en tres guerras, a saber: la Primera Guerra Mundial, la Guerra Civil española y la Segunda Guerra Mundial.

Algunas de sus obras, nacieron en el fragor de estas contiendas. Si interesa la Primera Guerra Mundial, te recomendamos Adiós a las armas (1929); si queremos indagar en la Guerra Civil española a través de los ojos de Hemingway, nos llega Por quién doblan las campanas (1940); si lo que interesa es la capital francesa de los años veinte y su llamada «generación perdida», “Fiesta” y “París era una fiesta” (1922) son tus novelas. Tras un viaje por África en 1933 publicó Las nieves del Kilimanjaro, una novela que refleja la terrible experiencia que vivió tras contraer una disentería amebiana que le causó graves secuelas. Si te apetece leer una obra maestra de la literatura y conocer quizás el motivo por el cual Hemingway fue galardonado con el Premio Nobel finalmente en el año 1954, El viejo y el mar es tu libro. Por su dominio del arte de la narrativa y por la influencia que ha ejercido en el estilo contemporáneo”, en palabras del jurado que lo otorgó. Lo cierto es que, leas lo que leas nuestro Hemingway, en cualquier caso, estaremos ante la prosa real de un autor imperecedero.

Si bien es cierto que fue un hombre que siempre estuvo acompañado y de cuya vida amorosa y familiar podría escribirse una novela entera, interesa destacar en voz de sus estudiosos que nunca llegó a sentirse plenamente feliz, sino que se sintió más bien solo toda su vida.

Desde esas leyendas tejidas en torno a su vida, la muerte de Hemingway continúa siendo a día de hoy un misterio. Aunque sus biógrafos indican que fue un suicidio, hay quien piensa que se trató de un accidente. En todo caso, parece ser que el 2 de julio de 1961, Hemingway sentado en una sala de su casa en Ketchum, Idaho, y vestido con la bata que más le gustaba, y a la cual había apodado “la túnica del emperador”, se quitó la vida de un disparo con su escopeta.

124 años han transcurrido de su nacimiento para el mundo y aún nos llega su estilo siempre en consonancia con los temas que trataba. Basándose en experiencias vividas por él mismo y que escribió en torno a la vida, al amor y a la muerte.

Por ello el mundo recuerda este día al Hemingway precursor de un estilo literario nuevo, de una forma de escribir que ante todo buscaba la verdad. En sus propias palabras una buena obra, aquella cuya prosa era una «prosa real». Y lo será para todos los tiempos.

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