Cuando Manuel Tamayo Leal, hace unos cuantos años culminó el servicio militar, quiso hacer una finca independiente de su padre, un experimentado campesino de Jiguaní, a quien la idea no le pareció buena.
Por esa razón, Taty como se le conoce desde niño, tuvo que recurrir a un amigo que le hizo un préstamo, obtuvo tierras en usufructo y comenzó a trabajar.
Pero, ya establecido en la productiva finca La Luisa, recibió otro golpe de la mala suerte y fue necesaria una operación a corazón abierto que le imposibilita la realización de determinados trabajos pero no impiden que cuidados por medio siga siendo uno de los mejores productores de ese municipio.
Las viandas, hortalizas, granos y frutales, junto a la leche vacuna de la finca La Luisa, en el Consejo Popular Palmarito, van a donde más falta hacen, el Hogar Materno, los comedores para personas vulnerables, las ferias y los mercados, porque como dice Manuel Tamayo Leal, Taty de Jiguaní, la idea está trazada, la tierra da los frutos que el hombre sea capaz de extraerle y la vida sigue.
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