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Carlos Fernández Romagoza: “Llegué con ´espendrú´ y me voy calvo”

Cuando se habla de la Brigada en caliente, en la ciudad de Bayamo, hay que mencionar indiscutiblemente a Carlos Fernández Romagoza, un cubano jovial, comprometido, exigente, conocedor de las particularidades del trabajo de los linieros eléctricos y sobre todo de cómo deben realizarse las acciones en líneas energizadas.

Este hombre niche, como él se cataloga, tiene hoy 61 años y desde 1984 dedica conocimiento, esfuerzo y tiempo a la electricidad desde la Unidad Empresarial de Base Bayamo.

“Luego de haber cumplido una misión internacionalista, una misión militar, me incorporo al curso de liniero especializado que se realizaba en el municipio de Cauto Cristo y partir de ahí me comienzo en esta empresa”, dice Fernández Romagoza al recordar sus inicios en esta entidad.

Con este hombre conversamos porque allí, en el terreno, es donde se escriben las páginas más memorables.  El proceso de formación del liniero va mucho más de un curso o conocimientos teóricos.

“Si, realmente la formación es más larga. En el tiempo de nosotros era de otra manera. Nosotros –como quien dice comenzamos de cero- dábamos la parte teórica y la alternábamos con la práctica porque participamos en la electrificación de las comunidades”, recuerda.

“Comenzamos abriendo hoyos, parando postes. Es decir, que nosotros aprendimos de este oficio construyendo líneas. Lo que nos daban en el aula lo llevábamos al otro día al terreno. Ahora –no es por menospreciar- pero los muchachos cogen casi todo hecho”, considera.

¿Cuáles deberían ser las cualidades de una persona que quisiera desempeñarse como liniero eléctrico?

El trabajo del liniero es de alto riesgo y tiene muchas aristas. Primero, el liniero debe tener buena consistencia física; no influye tanto el tamaño. Este trabajo requieres de mucha disciplina. Cuando hay indisciplina no se pueden realizar los trabajos; la indisciplina conlleva a la violación y ésta a la ocurrencia de un accidente.

Usted es un hombre de una amplia trayectoria laboral en la Unidad Empresarial de Base Bayamo y ha participado en la recuperación tras el paso de fenómenos meteorológicos por el país, ¿coméntenos sobre eso?

Yo he participado en unos cuantos procesos de recuperación de ciclones; muchos en el occidente del país y otros tantos aquí en el oriente.

Es un trabajo muy duro, de mucho sacrificio, de abnegación… no son fáciles. Es llegar y encontrarse las estructuras en el suelo… y hay que volver a levantar todo. Yo tuve la oportunidad de ir a Venezuela a cumplir misión internacionalista y cuando el ciclón Sandy pasa por Santiago de Cuba soy de los escogidos para volver a Cuba a trabajar en la recuperación del servicio eléctrico.

Hasta el año 2017 estuve de forma sistemática apoyando a empresas de las diferentes provincias afectadas. Me toca decirte que en los últimos que estuve en la zona del occidente fue cuando pasaron los ciclones Paloma e Ike.

Nosotros llegamos a trabajar y a los 14 días otro evento climatológico nos volvió a tumbar todo. Otro recuerdo que tengo fue en Baracoa. Fuimos a allá a trabajar en cuatro torres de 110 Kv que se habían caído; eso fue en el mes de agosto, hicimos el trabajo; dimos mantenimiento y luego pasó un ciclón… en fin que estuvimos desde agosto hasta noviembre allá en Guantánamo trabajando… y trabajando duro.”

Fernández Romagoza es hoy el jefe la Brigada en caliente de Bayamo, que labora en líneas energizadas y la que fue mucho tiempo referencia en todo el país. Cuando conversamos con él sobre el tema, la primera palabra que mencionó fue “protección”.

¿Cómo es el trabajo de esta Brigada y qué responsabilidades entraña?

El trabajo de la Brigada en caliente permite que se puedan solucionar problemas en las líneas sin afectar el servicio eléctrico. Es decir, sin daño a ningún proceso. Tiene una particularidad; más que en otros trabajos se debe velar por la seguridad. Es un trabajo muy beneficioso, pero lamentablemente por el tema de recursos se realizan pocos. Nosotros fuimos una brigada de referencia nacional, en estos momentos somos la única en activo de las cinco provincias orientales… y eso es un logro.

Cuando la Brigada está en el terreno somos como una sola persona. Me explico, somos muy unidos, no se hace nada sin que el jefe dé la aprobación. Si hay que poner un aislador, hay que pedir permiso. Los tres lineros que están trabajando en el poste y el jefe deben estar en comunicación directa todo el tiempo, no se permiten distracciones.

Somos un equipo donde el jefe de debe pensar cada movimiento, debe escuchar cada información que dan los linieros que están arriba para dar las indicaciones correctas que no pongan en peligro la vida de ninguno.

Ser jefe de brigada es realmente una gran responsabilidad. Cuando uno es consciente de ello es más metódico, más exigente, más observador y ve a los muchachos como hijos, como una responsabilidad propia.

¿El relevo, la jubilación, sus años como liniero…?

Yo soy un hombre recontratado, ya me había retirado, pero hoy ya estoy preparando a otro liniero para que sea el jefe de la Brigada en caliente. Tiene muchas cosas que aprender en lo que llega el curso. Tiene muchas capacidades que desarrollar, porque la idea es que se mantenga la brigada.

Ya jubilado… me llevo mucho de esta empresa, he pasado mucho tiempo aquí. Entré con “espendrú” y me voy calvo. Aquí todo el mundo me quiere porque soy jaranero. Me gusta crear climas agradables con las personas, llevarme bien con mis compañeros.

Cuando retorno de las vacaciones los muchachos me dicen: “Coño Tíñero, te extrañamos… pero bueno la vida sigue. Mientras esté aquí lo que quisiera es enseñarle todo lo que sé a los más nuevos.

Epílogo

Contar con la experiencia y los conocimientos de Carlos Fernández Romagoza es un privilegio para la Empresa Eléctrica de Granma. Despedirle no será fácil. Mientras, nos reconforta su comprometimiento con la formación de nuevos profesionales tan exigentes, responsables y valiosos como él.

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