Luego del paso del huracán Melissa los pobladores de la comunidad de San Pablo de Yao en el municipio de Buey Arriba quedaron totalmente estremecidos ,según los lugareños no se veía algo igual desde el ciclón Flora.
El río se apoderó de gran parte del lugar, llevándose a su paso recuerdos, pertenecias y parte de momentos importantes de los pobladores.
Algo que conmovió muchísimo a la localidad fue la pérdida de dos álamos que se encontraban en una parada donde recogían a las personas para llevarlas a la montaña, árboles de más de cincuenta años que formaban parte de la historia, la cultura y la tradición de la región.
A medida que comenzaba a caer la noche el río y los vientos se ponían cada vez más agresivos y solo existía la incertidumbre.
La población fue disciplinada, se protegió y los que tuvieron la posibilidad mantuvieron informados a todos.
No hubo pérdidas de vidas humanas, pero los campesinos que vivían en la montaña quedaron incomunicados.
Pocas serán las personas que cuando vean el puente o quizás el estadio lo reconozcan porque la furia de Melissa los destruyó, aunque, ya se trabaja para su reparación.