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¡Muchas gracias, Señor Trump!

Los pueblos del Sur Global, los pueblos libres que luchan por su soberanía y su independencia, los que defienden a sus recursos naturales del saqueo y del hurto sistemático, quienes valoran su libertad y esperan que sus cancillerías expresen sus voluntades, sus ministerios de economía y finanzas resguarden sus intereses, y sus fuerzas armadas respondan heroicamente a las amenazas exteriores con contundencia, los pueblos del mundo que no son meros instrumentos geopolíticos de sus clases dominantes ni tampoco de las clases adineradas y transnacionalizadas, los verdaderos pueblos libres (no los que los Gringos llaman “the Free Word”), tienen un deber de expresarle un profundo agradecimiento al Señor Donald Trump.

¡Muchas gracias, Señor Trump! Es Usted quien le ha demostrado al mundo entero, la verdadera cara del imperialismo, de la dominación, del control y del deseo por lo que tienen los demás. Es usted la personificación más sincera, genuina y transparente de la verdadera raíz de todo el mal en este mundo: la avaricia, y el egoísmo.

¡Muchas gracias, Señor Trump! Sus dulces palabras dirigidas al pueblo venezolano, el 16 de diciembre de 2025, le confirmó de manera inequívoca al resto del mundo – ya los venezolanos sabían esto desde hace décadas – que la agresión sin precedentes contra América Latina (y no solo contra Venezuela), no tiene nada que ver con democracia, derechos humanos, y narcóticos. Incluso, no tiene nada que ver con el propio Presidente constitucional de este país, Nicolás Maduro Moro.

¡Muchas gracias, Señor Trump! Ahora queda en evidencia que los contrincantes no son “George Bush” y “Donald Trump”, contra “Hugo Chávez” y “Nicolás Maduro”, sino el pueblo venezolano, contra el gobierno federal de Estados Unidos, y por detrás de este cartel criminal y delincuencial, están los verdaderos monstros de las drogas, las armas, los saqueos y los robos: las multinacionales, que viven de la sangre de los pueblos. Los monstros multinacionales luchan a través de sus instrumentos – el gobierno federal, sus instrumentos de guerra, y sus administradores, como Usted, Señor Trump. El pueblo venezolano lucha a través de sus líderes, esos mismos que ustedes siempre han tratado de exterminar. No obstante, nunca se trató o se trata ahora de los señores Obama y Trump, tampoco se trató del Comandante Chávez y ahora tampoco se trata del Presidente Maduro. En vez, simplemente se trata del pueblo venezolano y sus riquezas, por un lado, y las bestias multinacionales que requieren de estas para seguir existiendo, por el otro. Antes, no estábamos claro sobre estas realidades, pero ahora, y gracias a Usted, Señor Trump, quedamos perfectamente claro sobre todo.

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¡Muchas gracias, Señor Trump! Gracias a su honestidad, el mundo puede observar qué es, en la práctica y lejos de incomprensibles modelos abstractos y teóricos, un verdadero fascista, un pirata, un “salteador de caminos”, un criminal de guerra, y, más importante, un arquitecto de un genocidio (el que se está gestando en Palestina, por si acaso no nos dimos cuenta). Lo novedoso de sus magnificas encarnaciones, Señor Trump, es que todas estas se dan simultáneamente, en su misma persona. ¡Qué gran exhibición para nuestros alumnos de historia, de teoría política y de relaciones internacionales! Así, nuestros estudiantes y jovenes no tendrán que dudar de nuestras enseñanzas sobre el pasado, cuando les hablemos sobre los piratas, como Barba Roja (del Mundo Occidental), o los fascistas, como Benito Mussolini (del Mundo Occidental), o los saqueadores imperiales como la Reina Victoria de Inglaterra (del Mundo Occidental). Ahora, los pueden ver a todos estos, “enrollados” en una sola persona, a través de Facebook, Tik Tok y demás instrumentos que los jóvenes tanto confían y creen.

¡Muchas gracias, Señor Trump! El Presidente y Comandante Hugo Chávez nos advirtió de Usted, años antes de que seas alguien relevante. Hemos dudado de las descripciones fantásticas que nos ofreció el Comandante, pues eran más como el Leviatán bíblico, que algo real. Dudábamos entonces del Comandante, como también dudábamos de esa otra fantasía pintoresca y utópica que él había indicado desde 1998, cuando habló por primera vez de un mundo que se avecina, uno que será – Dios mediante – multipolar. Hoy en día, la descripción de casi un “Leviatán” que nos había otorgado el Comandante, quedó corta, en comparación con la realidad que se asoma desde Washington, en la actualidad. Y el mundo de nuestro momento, pues sin duda alguna, es tal cual como lo había indicado el Comandante, hace 27 años atrás: irreversiblemente multipolar.

¡Muchas gracias, Señor Trump! Gracias a Usted, podemos superar el engaño de sus adversarios partidistas de Estados Unidos, los mal-llamados “Demócratas”. Su sinceridad, lo genuino que es Usted, ahora nos permite apreciar los verdaderos rostros de los demás presidentes estadounidense. A estos, se les cayeron las máscaras de “humanismo”, de “elocuencia” y de “legalidad”, entre estos están los que quizás fueron los más peligrosos: los señores Clinton y Obama. Ahora, con cada momento que pasa, esas caras que vendieron una imagen “civilizada”, “progresista” y “humana”, revelan que siempre fueron la verdadera bestia de siete cabezas de la Apocalipsis (13:1), sin diferencias algunas con Usted, nuestro estimado Señor Trump, o del verdadero dragón que es el gobierno de Estados Unidos…

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¡Muchas gracias, Señor Trump! Por maltratar y humillar a sus indignos, miserables y arrastrados vasallos de la Unión Europea (nos referimos solo a sus “líderes”, claro), los mismos que siguen colaborando con quienes los humillan diariamente – Usted mismo, y su “ilustrado” gobierno – para condenar, saquear y estrangular a los pueblos del Sur. Ahora los europeos “civilizados” del “jardín” del señor Josep Borrell, están “disfrutando” de sus propias malignas y amargas medicinas que le han otorgado al resto del mundo, particularmente a Venezuela. Con la merecida paliza que siguen recibiendo de Usted, quizás ahora se la hará bastante difícil a un futuro Demócrata y globalista que llegue a la Casa Blanca, poder contar con el apoyo de estas arrastradas sanguijuelas de la Unión Europea, para retomar el programa de “saqueo elegante” que operaba durante los periodos presidenciales anteriores. Lastimosamente para los pueblos europeos, dudamos que esto último sea el caso, ya que sus líderes muy probablemente seguirán arrastrándose a quien sea que ocupe la Casa Blanca, sin pena y sin vergüenza. ¿Que podrán hablar de Putin y de Xi, estos indignos arrastrados, quienes no pueden ni levantar la cara cubierta en vergüenza y humillación, ante el amo que los azotan todos los días, y en frente de sus propios pueblos, para incrementar la humillación?

¡Muchas gracias, Señor Trump! Si no fuera por usted, los pueblos del Sur Global no se encontrarían en la difícil posición de tener que depender de ellos mismos aún más, o del dólar estadounidense aún menos, y de tener la complicada tarea de valorar su propia agencia, buscar soluciones entre ellos mismos, y reconstruir un multilateralismo nuevo que no sea eurocéntrico, y que no sea tan instrumentalizado para los fines de la dominación y la explotación, como los que tenemos en la actualidad. Si tuviéramos a un “Obama” o un “Clinton” en la Casa Blanca en este momento, estaríamos aún tranquilos y cómodos, sumisamente al servicio de las necesidades estratégicas y de largo plazo de Washington, en vez de estar al servicio de nosotros mismos y nuestras necesidades. Usted, señor Trump, llegó para darles una muy buena y merecida “patada por el trasero” a los líderes del Sur Global, para que dejen de depender de un parasito (Estados Unidos), que les chupa la vida pero en un ambiente “cómodo”, y en vez empiecen a averiguar cómo arreglar sus propios asuntos, y para el beneficio de sus pueblos. Pero Señor Trump, sin sus exquisitas tendencias autodestructivas, las cuales muy probablemente sean producto de su innegable condición de demencia, no estaríamos hoy en día construyendo una alternativa a la pesadilla que ustedes gringos tan cínicamente llaman “Pax Americana”. Sabemos que nada de esto fue su intención inicial, pero gracias a su torpeza, su narcisismo, su profunda falta de autoestima, su ignorancia, su pobreza de criterios y de pensamientos, pero sobre todo, su demencia y senilidad, se está trabajando justo en eso. De nuevo, muchas gracias, Señor Trump.

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¡Muchas gracias, Señor Trump! Venezuela fue, es y seguirá siendo libre, y ahora todos sabemos que no estamos luchando por el Presidente Maduro, sino que este mismo está luchando junto a nosotros, otro soldado venezolano más, en una gran masa de Bolivarianos y Zamoristas que le van a caer a palo limpio, al grosero ladrón que se está tratando de meter por el techo de la casa para robar, pero lo agarraron los dueños de la casa, y ahora todo el barrio le va a caer encima al desgraciado, para que aprenda, ¡no joda! Gracias, Señor Trump, por amenazarnos con quitarnos a Venezuela: algunas veces, uno no valora lo que tiene, hasta que la cochina envidia del otro, le hace a uno entender y apreciar lo que uno tiene. Quizás nadie nos ha ayudado a sentirnos más venezolanos, mas en amor con nuestro país y nuestra misma gente, con nuestro suelo y nuestros recursos naturales, que Usted, nuestro amado senil y demente Presidente…

Finalmente, una vez más, ¡Muchas gracias, Señor Trump! Esperamos que muy pronto, el pueblo estadounidense se exprese con la misma gratitud que le tenemos a Usted aquí en Venezuela, y que organicen una lista como esta de tantas cosas bellas que ellos deben tener para decirle a Usted.

Venezuela es de los Venezolanos – No es de Trump, ni de Monroe, ni mucho menos de Exxon Mobil y demás sanguijuelas y parásitos arrastrados. De aquí salió un Bolívar a salvar a casi toda Suramérica, cuando los peruanos no pudieron derrotar al Imperio Español. Llegaron los centauros de los llanos, los “Pata-en-el-Suelo” de esta tierra ancestral, y junto a un genio y milagro militar que se llamaba Antonio José de Sucre, resolvieron la situación en Ayacucho, y sin muchas novedades. De ser necesario, las entrañas de este país pueden parir a mil Bolívares más, y miles más de Sucres, si sea necesario.


Autor: Omar José Hassaan Fariñas