Mayelín Jiménez García, maestra de Enseñanza Especial en el Caney de Las Mercedes, ha convertido en premisa de su labor diaria la frase “Solo el amor convierte en milagro el barro”.
Por más de 15 años, Mayelín recorre cada día las aulas de la escuela Marcos Martí de esa comunidad del municipio montañoso de Bartolomé Masó, a pesar de enfrentar una delicada situación de salud.
Actualmente, esta educadora atiende a un solo alumno, al cual le imparte clases todos los días con mucha paciencia y amor, para prepararlo para la vida.
“Me gusta esta enseñanza porque son niños que por la dificultad para aprender necesitan más apoyo, dedicación y atención”, dice Jiménez García.
Ella asegura que la dedicación con la que ha trabajado con Manniel Baldoquín Hernández, de 15 años de edad, ha propiciado que este adolescente le llama “mami”.
“Me siento realizada y orgullosa de mi trabajo, porque es un niño que lo estoy enseñando y preparando para cuando sea adulto sea independiente”, refiere.
Mayelin también alterna su labor diaria de acuerdo con las necesidades de la institución, para cubrir la ausencia de algún compañero de trabajo.
“Entro a las aulas y doy clases, hago de todo”, expresa.
Jiménez García es ejemplo de que las dificultades y desafíos de la vida solo pueden ser transformados y superados si se enfrentan con amor.