
Brasilia-. El ministro de Relaciones Exteriores de Brasil, Mauro Vieira, afirmó hoy que cada país es soberano para decidir sobre otorgar visado, tras Estados Unidos anunciar que restringirá ese benefició a extranjeros.
El Gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva mantiene su postura de no injerencia y respeto a las decisiones soberanas de cada país, evitando alinearse con políticas restrictivas unilaterales.
Considera que cualquier decisión en esa materia debe estar guiada por principios de reciprocidad, respeto mutuo y cumplimiento del derecho internacional.
«La cuestión de conceder visado es única y exclusivamente competencia del país que lo emite. Y creo que por eso mismo tenemos registros, requisitos de visado para muchos países», afirmó Vieira durante una audiencia en la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados.
Explicó que esa potestad resulta necesaria para tener «control sobre las personas que ingresan. Pero eso es una cuestión soberana de cada país, conceder o negar. Y no se tiene que dar explicaciones», aclaró.
Al divulgar la medida, Washington no mencionó directamente a ninguna nación, pero sí citó a América Latina como justificación del acto.
Vieira, sin embargo, señaló que la entrada de autoridades nacionales en Estados Unidos está garantizada por acuerdos internacionales, lo cual podría disminuir el impacto de la decisión del Gobierno norteamericano.
«Los visados para participar en reuniones multilaterales, como las Naciones Unidas y la OEA (Organización de los Estados Americanos), los acuerdos de sede obligan al país a concederlos. Por lo tanto, no sucederá», refirió.
Ahora, la cuestión de conceder visado es única y exclusivamente competencia del país que lo emite, reforzó el canciller.
Según el país norteño, la política de restricción de visados dirigida a autoridades extranjeras que estarían «involucradas o cómplices en acciones de censura contra ciudadanos estadounidenses».
La medida, aunque no menciona a países específicos, se justifica señalando situaciones en América Latina, lo que ha generado reacciones inmediatas en la región.
Analistas ven en la disposición una señal política dirigida a gobiernos considerados poco alineados con los valores que defiende Washington.
En la práctica, tal determinación podría afectar a funcionarios, diplomáticos o legisladores de varios países.
La iniciativa podría tensar aún más las relaciones entre Estados Unidos y gobiernos latinoamericanos, en especial aquellos que son blanco de sanciones económicas o diplomáticas.
Asimismo, podría abrir un debate regional sobre el uso de visados como instrumento de presión política.