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Elián González agradece a Cuba y Fidel Castro por épica batalla

Elián González

La Habana-. Agradecimiento y compromiso son palabras que resumen hoy el sentimiento de Elián González Brotons, único sobreviviente, con apenas seis años de edad, del naufragio de la embarcación que lo llevaba ilegalmente a Estados Unidos.
El trágico suceso, acontecido en noviembre de 1999, en el que perdió la vida su madre, Elizabeth Brotons, desencadenaría otro episodio de unidad del pueblo cubano junto a su líder histórico, Fidel Castro, por el reclamo de devolución realizado desde la isla caribeña por su progenitor Juan Miguel González.

Precisamente, ellos (el pueblo cubano y Fidel Castro) fueron los verdaderos protagonistas, junto a la firme convicción de mi padre, de exigir mi regreso al país, rememora Elián, de 31 años de vida, próximo a cumplirse este 28 de junio, 25 años de su retorno.

En este tiempo he podido conocer y comprender la magnitud de la batalla nacional e internacional, encabezada por el comandante en jefe, para que yo estuviera con mi padre y en el sitio donde debía estar, lo que eleva mi amor y respeto por Cuba y su emblemático líder, declaró.

En diálogo con personas de diversos sectores, en el Centro Fidel Castro, González Brotons relató pasajes que, según le contaron, atestiguan la prioridad concedida por el entonces mandatario a la batalla legal y comunicacional para su vuelta, lo que le negaban parientes radicados en Miami (estado de Florida).

“Ante cada paso, el Comandante trazaba estrategias, y tenía en cuenta el criterio de mi papá, lo que evidencia la grandeza de ese hombre que, a pesar de las enormes responsabilidades de su cargo, guió al país hasta la victoria de esta causa”, reflexionó.

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Además de restituirlo a su patria, el joven residente en el municipio de Cárdenas, en la occidental provincia de Matanzas, destacó la manera en que el liderazgo cubano, “preservó mi inocencia y estabilidad emocional, con decisiones certeras que observaban hasta los detalles”.

En esa cuerda, recordó que pudo volver al mismo entorno de donde fue separado, lo que facilitó una vida pacífica y en armonía, alejado, además, de la exposición de los medios de comunicación por el notable interés público que suscitaba el caso.

“Fidel Castro logró colocarme no solo en mi hogar, sino en el de cada familia cubana, lo que constituye motivo de orgullo, privilegio y compromiso de no defraudarlos jamás. El comandante en jefe significó un apoyo y una presencia constante en mi vida”, señaló.

“Esas razones sostienen mi convicción de estar en Cuba en cualquier circunstancia y luchar por construir una nación mejor para todos. Y en los momentos de dificultades siempre pienso: Fidel no claudicaría, ni se dejaría vencer, nos enseñó a luchar y salir adelante”.

LOS SUCESOS TRAS EL NAUFRAGIO

En noviembre de 1999, Elián González Brotons (6 de diciembre de 1993) fue sacado de Cuba por su madre, de manera ilegal y sin el consentimiento de su padre, en un pequeño bote sin las condiciones de seguridad requeridas para navegar.

Durante la travesía, ella y otras 10 personas fallecieron, mientras Elián sobrevivió y fue rescatado en las costas de la Florida por pescadores que lo entregaron a los guardacostas de Estados Unidos.

El Servicio de Inmigración y Naturalización lo colocó en manos de un tío abuelo residente en Miami, quien alegó que podía permanecer en el territorio estadounidense porque el denominado principio «pies secos, pies mojados», entonces vigente, le otorgaba al menor el derecho a solicitar asilo político.

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Juan Miguel González, su padre, había reclamado la guardia de Elián, y al cabo de negociaciones gubernamentales entre Cuba y Estados Unidos, le concedieron la custodia.

La devolución fue programada para el 13 de abril de 2000 y, ante la negativa de su tío abuelo y otros familiares a devolverlo, después de una orden del Departamento de Justicia, fue sacado por la fuerza de la casa donde estaba y entregado a Juan Miguel el 22 de abril.

Elián y su padre permanecieron en Estados Unidos hasta que se agotaron los pasos legales de aquel caso, que llegó al Congreso norteamericano y por el cual fueron organizadas decenas de manifestaciones populares en la isla.

El 28 de junio de ese propio año regresaron de manera definitiva a Cuba.